sábado, 7 de noviembre de 2009

Será Después



La noche que fusilen poetas y canciones,
por haber traicionado, por haber corrompido,
La música y el polen, los pájaros y el fuego,
quizás a mí me salven estos versos que digo
.

Digo La Mazamorra Antonio Esteban Agüero



La mañana cruzo con paso firme

El sendero envuelto de pájaros y sol

Su saludo fue sonrisa aniñada

Un azorado silencio le indicaba el compás

Blanco y disperso, tenaz…

En mi pena un murmullo tardío

En su cuerpo banderas de nostalgia

Costumbre de su forma

Contrayéndose en el lecho

Asomando impaciente a la llamada

Su boca decidida aleja el miedo

Y su salvaje besar curva la agonía

Matinal presencia de su gesto leve

No obstante su certero artificio

Los pájaros y el sol anudan y ocultan mi pregunta



Sentí miedo

Y regrese a la demencia

Temía no estar, no ser más que un fragmento de atmósfera

Una daga, una cabeza con dolores y angustias

Y mi corazón sin rejas y al viento

Mi corazón volcado como una medianoche

Mi corazón de efímeros tiempos y bordes de milagros

Será siempre el mismo espejo…

Donde se agiten las palabras en las que ya no creo

Y se pierdan las otras…

Aquellas en las que nunca he creído

Un espejo de virtudes malsanas

Para salvaguardarme de pasos acechantes

De desacertadas doctrinas

Y si aún siento miedo

Mi corazón se lanzará a los abismos de la vida

Anudándose en los espejos del todo-nada

Mi pobre corazón dolido…

Caerá en precipicios

Hasta despojarme de lo que no sea imagen de mi sangre

Se hundirá en las palabras en las que todavía puedo creer

Embestirá el frio de la espada

Y desconsolado y roto

Se reflejara en los espejos de la muerte

Y ya entonces…

No tendré porque temer